(Nota Diario El Mercurio 12 de Noviembre, Espectáculos)
No sólo de la TV viven los famosos. Una de sus mayores fuentes de ingreso proviene de los «pololos» que realizan en eventos privados y de fín de año. De esos está lleno. Ricardo Suárez, productor especialista en estos eventos, explica que por ejemplo Rafael Araneda destaca por su simpatía y buen manejo de las situaciones, y que Angélica Castro es considerada distiguida y glamorosa.
Uno de los requeridos para hacer reír a fin de año es Ernesto Belloni. El «Ché Copete» cuenta que a veces le piden dosificarse: «Me dicen: ‘puede tratar de no decir tantos garabatos, es que estará la señora del gerente’, pero cuando hago la rutina me gritan: ‘¡dónde están las chuchás!’. Y ahí me lanzó con el rosario». El precio, por una rutina suya de 45 minutos, va desde $1,5 millón hasta $2 millones. Cuando lo contratan con Marlen Olivari, su partner en «La bella, la bestia y el niño», las cifras se elevan al doble. Los humoristas son los más solicitados, y cuando están vigentes en la televisión las tarifas no suelen ser menores a $1 millón.En este grupo están las imitaciones de Kramer y las presentaciones de Yerko Puchento y el dúo de Salomón y Tutu-tutu. Incluso se están enviando masivos correos electrónicos ofreciendo el show del profesor y el pájaro.
En general, estos artistas ofrecen shows «a la medida»: estudian al cliente y lanzan bromas internas. Jorge López, libretista de Yerko Puchento, cuenta que se junta con la gente de la empresa que le cuentan, por ejemplo, de los romances y quiénes son los más cancheros. Desde ahí él trabaja: «La empresa se transforma en la farándula», explica. No siempre es indispensable estar en televisión, pero la pantalla ayuda. Álvaro Salas admite: «Cuando a uno lo llaman para ir a Viña, suben los bonos».
Los cantantes también suman. Katherine Orellana, de «Rojo», por $1,5 millón da una presentación de una hora, donde, además de cantar temas de su disco, imita a Celia Cruz. Peter Rock explica que le va «relativamente bien» durante el año, pero que en esta época se triplican los pedidos; eso sí, tiene que escuchar al público y hacer una rutina basada en sus grandes éxitos de antaño. Otra que tiene su agenda copada es Andrea Tessa, quien tiene doble militancia: puede animar o cantar. Entre los modelos también hay favoritos: Kenita Larraín llega a tener tres desfiles por día en discotecas y malls. Por cinco pasadas en la pasarela cobra desde $1,8 millón. Obviamente, una de las modelos cotizadas en este minuto es Pamela Díaz, que tiene la agenda llena de aquí a diciembre. Patricio Laguna cuenta que los eventos son su principal trabajo y que en esta época sube la demanda en alrededor de un 30%. Él, desde su productora, ofrece distintos paquetes, con él mismo como rostro principal.